
Dra. María Agustina Segurado Rodríguez
Licenciada en Medicina por la Universidad Autónoma de Madrid, especialista en Dermatología Médico-Quirúrgica y Venereología por el Hospital Universitario 12 de Octubre (Madrid) y Jefe de Sección de Dermatología del Hospital Universitario del Sureste. Profesor Universidad Francisco de Vitoria. Miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología, del Grupo español de Dermatología Pediátrica y del Grupo español de Dermatología estética y terapéutica.
El éxito del acto médico se basa en el contacto con el paciente. Creo en la medicina humanizada. Cualquier faceta en la que se trabaje dentro de nuestro mundo médico debe tener como eje esa relación mágica que se establece y que transforma cualquier metodología escrita. Como señaló Mandela: «Nada resulta tan deshumanizador como la falta de contacto humano».
Nuestro equipo
Convencida de que el éxito de la medicina actual es el trabajo en equipo, trabajar con otras especilidades es progresar, trabajar unidos es el triunfo
La esencia de la vida es ir siempre hacia delante. Estamos en una sociedad que demanda cambios creativos e innovadores pero dentro de la honradez y el rigor científico. La dermatología estética es una parte más de nuestra especialidad y así me gusta trabajarla
Mi profesión es una fuente constante de aprendizaje, tan fundamental como la actitud. Actitud positiva para el progreso personal, frente a la adversidad y los problemas frente a los que piensan que “eso no se puede hacer”. Soy muy consciente de que vivimos en la sociedad del cambio y me gustan los nuevos retos
Lo importante es sonreír a la vida, la sonrisa nos conecta rápidamente con los demás, tranquiliza y cura, y para uno mismo, es la mejor arma para ser fuerte
No comunica el que mejor habla sino el que mejor escucha
Si pienso en mi trabajo considero que lo más importante para una persona es la necesidad de ser entendida, necesitamos a alguien que sea capaz de escucharnos porque así sufrimos menos. «Hay que mirar con los ojos del otro, escuchar con los oídos del otro para sentir con el corazón del otro»